Páginas

lunes, 4 de julio de 2005

Pobreza

1. La pobreza existe. Aunque no queramos verla porque no aparece todos los días en los periódicos o en las televisiones. Y la padecen muchas personas en casi todas las sociedades. En realidad, no hay "países ricos" y "países pobres", eso es sólo una forma de hablar, porque hay pobres en los ricos Estados Unidos o en Europa, como hay cientos de millones de pobres en China o la India, en Latinoamérica o en África. La mayoría de la Humanidad es pobre, muy pobre. 

2. La pobreza es un arma de destrucción masiva. Porque la pobreza mata. Más eficazmente que las bombas nucleares o químicas. Mata de sed, de hambre, de enfermedad evitable, de explotación. Desde hace muchos años y sin escándalo. El pobre muere, pero también mal vive, enfermo, agobiado, marginado. 

3. La pobreza no es un problema de producción o de crecimiento. La pobreza es un problema de distribución. Sólo de distribución. Desde hace más de treinta años, la renta per cápita mundial es más que suficiente para que no haya pobreza extrema. Sólo hacen faltan mecanismos de redistribución de la renta. Mecanismos que conocemos y que funcionan en las sociedades en las que hay menos pobres. Mecanismos que podríamos implementar para el mundo. 

4. La pobreza no es irremediable. Acabar con la pobreza es posible. Porque la pobreza no está determinada por la historia, ni por la organización económica. Ni la historia se repite, ni el mercado produce inexorablemente pobres. 

5. La pobreza es un mal. Acabar con la pobreza es un imperativo ético, una cuestión de humanidad. Ningún sistema de creencias puede aceptar la pobreza como un bien, porque ningún ser humano que merezca este adjetivo puede aceptar la muerte evitable de otro. 

6. Acabar con la pobreza es, también, una cuestión de interés. Porque la pobreza lleva a la desesperación y la vulnerabilidad, al conflicto. La pobreza alimenta la violencia, el terrorismo y la guerra. La pobreza hace crecer terroristas en los campos de refugiados de Palestina, Sudán o Afganistán, Y es la causa y la consecuencia de no pocas guerras, y África es el ejemplo más sangrante, aunque no el único, de esto. 

7. Los organismos internacionales pueden hacer mucho para acabar con la pobreza. Las Naciones Unidas con todas sus agencias, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial del Comercio pueden hacer mucho contra la pobreza. Para empezar podrían exigirse cumplir con sus propios principios fundacionales y evitar conflictos, promover el desarrollo y gestionar la economía mundial. Es decir, debieran poner fin a su incompetencia porque ésta produce pobres. 

8. Los gobiernos de los que llamamos países ricos pueden hacer mucho para acabar con la pobreza. Con sólo una parte de lo que dedican a protegerse de los pobres, podrían terminar con la pobreza. Con sólo la mitad de lo que prometieron solemnemente, podrían acabar con la pobreza. Con sólo cambiar algunas reglas injustas de comercio, que, además, van en contra de los principios que ellos mismos proclaman, podrían acabar con la pobreza. Y es que su miedo y su hipocresía, y los de las sociedades que representan, producen pobreza. 

9. Los gobiernos de los que llamamos países pobres pueden hacer mucho para acabar con la pobreza. Para empezar, podrían ser menos corruptos, luchar contra su propia corrupción. Porque la corrupción, al igual que la marginación de sus pobres de la vida política, genera círculos de pobreza. 

10. Todos debemos hacer mucho más para acabar con la pobreza. Porque si hay un problema real en el mundo es que, mientras yo escribo esta página que usted lee, hay personas que están muriendo sólo porque son pobres.