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lunes, 27 de junio de 2011

El error Bildu

De todo lo ocurrido en las elecciones de mayo pasado, lo más grave para el futuro de España es la resurrección política de ETA a través de Bildu. Porque mientras el movimiento 15-M es, en mi opinión, un movimiento político populista y superficial, y la hegemonía del PP con el hundimiento del PSOE es parte del funcionamiento normal de una democracia bipartidista como la española, la eclosión de Bildu es un factor de distorsión de primera magnitud, pues supone una vuelta atrás en la lucha antiterrorista. Justo cuando, según todos los indicios, ETA estaba al borde de la capitulación. 

El apoyo electoral de Bildu se debe a tres factores. El primero es la maduración de la política educativa del PNV desde la que se ha aleccionado a más de la mitad de población vasca en el nacionalismo independentista sabiniano. De ahí que una vasca como Rosa Díez, exdirigente del PSOE, pida la vuelta de las competencias educativas al Gobierno Central. El segundo es la crisis que, aunque no ha afectado de la misma forma a la economía vasca por tener empresas industriales y exportadoras, ha generado un paro juvenil que se manifiesta en descontento. Y, finalmente, la falta de coherencia del discurso del PSOE, especialmente por la actitud de Eguiguren y Patxi López ante el fenómeno independentista, pues mientras se sostienen en el poder gracias al apoyo del PP, hacen continuos guiños a la izquierda independentista. 

El ascenso de Bildu es un grave, gravísimo error, en la lucha antiterrorista porque ETA ha conseguido un paso político más, sin ceder nada. El éxito electoral de Bildu ha reforzado a ETA porque, en primer lugar, ha conseguido estar en las instituciones que más le interesan, los ayuntamientos y la Diputación Foral. Instituciones en las que colocar gente y tener financiación bien a través de subvenciones de los ayuntamientos, la diputación foral y la Kutxa, bien a través de la extorsión (ahora más eficaz por disponer de los ficheros de la Diputación foral y los de la Caja de Ahorros). Y la ha reforzado, en segundo lugar, porque jugando con la posibilidad de la desaparición de ETA, Bildu tiene siempre una baza de negociación política con los ingenuos del PSOE vasco y sus primos del PNV. Más aún, ETA será ahora más influyente en la política vasca porque condicionará más la vida local, no tiene que matar para tener audiencia y hacerse oír y se ha legitimado para ser interlocutora del Gobierno. Finalmente, ETA ahora tiene la oportunidad de reforzarse, por si volviera una política antiterrorista dura. 

El Gobierno, y con él el Estado, ha perdido una de sus bazas de negociación. Desde una posición de fuerza ha cedido en algo a cambio de nada en un gesto de ingenuidad democrática que nos ha costado diez años de lucha antiterrorista. De hecho, con esto lo único que ha conseguido es legitimar a Bildu como fuerza política negociadora con el Estado, con lo que está dando a ETA un incentivo para seguir existiendo. A través de Bildu, ETA gobernará el País Vasco con los nacionalistas del PNV y habrá conseguido lo que quería: una casi independencia en un Estado cuasi confederal, con intervención importante en una economía rica, integrada en la UE, que ellos pueden usufructuar y manejar al estilo de la mafia. Con el error Bildu, ETA se ha enquistado para mucho tiempo. 

Permitir que Bildu se haya presentado a las elecciones ha sido el mayor error en la lucha antiterrorista que podía cometer el Gobierno. Aunque lo haya cometido a través de un desprestigiado Tribunal Constitucional. Y si pienso que es un error, grave, pero sólo un error, es porque no quiero pensar en otra explicación más grave: la capitulación negociada del Estado, de la que esto sería sólo la primera fase. Pues, para ETA, ya solo falta que se le acerquen los presos y negociar su salida. Algo impensable hace sólo tres meses.