Páginas

lunes, 4 de noviembre de 2013

Una buena noticia, adelantada

Estamos tan ávidos de buenas noticias económicas que, cuando hay el más ligero indicio, el Gobierno se apresura a publicarla, los medios en jalearla y la opinión pública en celebrarla. 

La semana pasada, el Instituto Nacional de Estadística (INE), como es habitual, publicó el Indice de Precios al Consumo (IPC) "adelantado" del mes de octubre. Es un indicador interesante que se calcula a partir de una muestra de la muestra de bienes y servicios del IPC normal, y es "adelantado" porque se publica sin que se haya terminado el mes. El dato normal de IPC de octubre, que suele coincidir con el "adelantado", se conocerá el día 13 de noviembre según el calendario del INE. Es un típico indicador para analistas porque se publica tres semanas antes y permite tomar decisiones, sobre todo, en los mercados financieros. Lo curioso del caso es que no se le suele prestar atención periodística y esta vez, en plena campaña propagandística de la "recuperación" se ha publicitado como si fuera el definitivo. 

Y el dato publicado es objetivamente bueno. Si se confirma, el dato de que, en tasa interanual, los precios se han estabilizado, pues eso es lo que significa una caída de octubre a octubre del -0,1%, es una buena noticia. Buena noticia porque significa que las rentas (salarios, pensiones, prestaciones) no se están viendo erosionadas por la inflación. Buena noticia porque no se produce deslizamiento impositivo en el IRPF. Buena noticia porque, dado que la inflación en Europa es unas décimas superior, estamos ganando competitividad. Buena noticia porque supone una base para la bajada de los tipos de interés. Buena noticia, en definitiva, porque es un equilibrio fundamental que hay que tener siempre controlado. 

Las causas de esta buena noticia son, en mi opinión, cuatro. En primer lugar, el precio del petróleo y de la mayoría de las materias primas en euros está estabilizado o a la baja, desde hace más de un año, no solo por la evolución de los propios mercados, sino por la ligera apreciación del euro frente al dólar. En segundo lugar, en octubre se ha terminado la absorción, que produce a su vez un efecto estadístico, de la subida del IVA del año pasado. En tercer lugar, y es ya una causa más determinante, la senda de estabilidad de precios en la que parece que entramos se debe a la atonía del consumo privado, lo que nos indica que las empresas reaccionan al bajo crecimiento de la demanda interna con control de costes. Y, finalmente, y es, en mi opinión, la verdadera razón del buen dato, tenemos la inflación controlada porque está habiendo un fuerte ajuste de las rentas salariales (empezando por la de los funcionarios) y hay un importante incremento de la productividad real por asalariado. En definitiva, la inflación empieza a comportarse como debería según las circunstancias de crisis. 

La cuestión es si esto es una situación coyuntural o es una tendencia. Y es en esta cuestión donde no se puede hacer un análisis tajante. Porque si bien hay elementos que nos indican que las empresas y los trabajadores españoles han aprendido que no se puede tener un crecimiento sano a base de inflación, porque nos movemos en un entorno competitivo global, por otra parte persisten en nuestra economía no pocos elementos inflacionarios, pues no se han hecho las reformas estructurales sectoriales que hagan a los mercados españoles verdaderamente competitivos, ya que seguimos teniendo mercados semimonopólicos y regulados, empezando por los de factores de producción, que sólo tienen moderación de precios por la atonía del consumo. En definitiva, por si había alguna duda de que esta crisis es diferente a las grandes del siglo XX, los datos de inflación lo corroboran, porque la de los treinta cursó con la grave enfermedad de la deflación y la de los setenta con la no menos grave de la inflación. Esta, al menos, en esto nos va bien. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario