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lunes, 20 de julio de 2015

10 ideas de alemán para los griegos

Grecia lleva viviendo por encima de sus posibilidades, gracias a la generosidad europea, financiada por Alemania, más de 30 años. Desde su incorporación a la Unión, Grecia ha sido el país que más dinero per capita ha recibido de fondos europeos. Se ha beneficiado, además, de unos tipos de interés y condiciones de financiación que nunca había tenido. Su deuda, generada por un exceso de gasto público, se destinó no solo a infraestructuras (algunas infladas como las infraestructuras olímpicas y otras improductivas), sino a gasto corriente en pensiones, sanidad o transporte que, en época de crisis, es insostenible. 

A pesar de todo, Grecia, gracias a los rescates, sigue gastando más de lo que produce. 

La economía griega no funciona porque tiene una estructura sectorial de bajo nivel de productividad, nunca ha tenido industria y tiene un peso excesivo del sector público. El exceso de regulación, generado por el nacionalismo y la demagogia, la han hecho una economía rígida y poco atractiva para la inversión extrajera y la innovación. 

La economía griega es una economía atrasada, en términos europeos, que necesita profundas reformas. La economía griega es una economía muy politizada. La opinión pública griega cree, erróneamente, que la mera voluntad política genera renta. La voluntad política puede expandir el gasto público, pero no hacer crecer la producción, que es la base de los impuestos. La voluntad política puede generar expectativas, pero no que se conviertan en inversiones productivas. 

El euro es el marco alemán con otro nombre. El marco alemán es el núcleo del euro porque los alemanes habían invertido 50 años en hacer una moneda fuerte y creíble. Fuimos los demás, empezando por Francia y terminando por Grecia, los que quisimos que los alemanes compartieran su moneda, y aceptamos que se gobernara desde Frankfurt y con reglas alemanas que son las contenidas en el Tratado de Maastricht. 

Para acceder al euro, mantenerlo y beneficiarnos de él (con estabilidad de precios y bajos tipos de interés), los europeos nos dimos unas reglas claras que están en tratados ratificados por países democráticos. Vulnerar los tratados mintiendo en las estadísticas es el pecado original de los griegos, como no tomar decisiones sobre la realidad económica, sino sobre presupuestos ideológicos y políticos, es la enfermedad griega. 

En una negociación, dos negociadores no son iguales si uno le debe al otro más de una vez su renta, si la negociación es, para uno de ellos, a vida o muerte, y si uno de ellos es quince veces más pequeño. Alemania ha financiado a Grecia en más de 100.000 millones de euros en los dos rescates anteriores, no necesita a Grecia porque es menos del 4% de su saldo exterior y puede vivir sin ella políticamente. 

Cualquier paralelismo de la situación actual con la del final de cualquiera de las guerras mundiales carece de sentido. Ni las rentas per capitas actuales son las de 1918 o 1945, ni Grecia está devastada, ni su deuda es una venganza. Insultar a Alemania es la peor forma de negociar con ellos. 

Votar es la forma suprema de formular la voluntad popular, pero los griegos debieran haber pensado que al votar sobre el tercer rescate no estaban votando sobre su dinero, sino sobre el dinero de otros, que también son demócratas. 

Tsipras ha sido soberbio. Si en vez de apelar al nacionalismo griego, hubiera apelado al europeísmo de los socios; si en vez de desafiar a Alemania, la hubiera convencido; si en vez de dar lecciones de política y democracia, hubiera aceptado alguna de economía y diplomacia; si en vez de coquetear con Rusia, hubiera enamorado al Mediterráneo (Italia, Francia...), posiblemente no hubiera deteriorado la economía griega y las relaciones con los socios como lo ha hecho. 

Europa ha dejado de ser un invento francés para dominar Europa continental que pagaba Alemania, para ser una estructura económica que domina Alemania, sencillamente, porque la lleva pagando demasiado tiempo. 

20 de julio de 2015 

1 comentario:

  1. Grecia es un desastre, pero el resto de países del sur que siguen las politícas que dicta Alemanía, por ser la "estructura económica" dominante en Europa, continúan aumentando sus deudas públicas, cada vez deben más. ¿No se estará produciendo un liderazgo pernicioso en Europa?

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