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martes, 13 de octubre de 2015

Elecciones en diciembre

Las elecciones generales se acercan y empezamos a hacer conjeturas sobre su resultado. Los partidos políticos ya han hecho sus estudios para fijar la estrategia electoral, y pronto se publicarán encuestas. Todavía es temprano para afinar, porque queda toda la campaña electoral y no se conocen todos los candidatos, pero me voy a atrever a describir el panorama que vislumbro. 

En mi opinión, el PP será el partido más votado en las elecciones del 20-D, pero estará lejos de los 10,8 millones (44,2% de los votos) del 2011 y de la mayoría absoluta de 185 diputados. No solo perderá votos por el normal desgaste del Gobierno, sino porque ha tenido incumplimientos de programa, comunica mal y ha mirado hacia otro lado con la corrupción. No ganará votos con ese mensaje trasnochado "nosotros o el caos" frente a los "radicales" del PSOE, ni con el del "voto útil" frente a Ciudadanos. Y puede perder más por esa ausencia de proyecto y de entusiasmo que es intrínseco del liderazgo de Rajoy. Puede, incluso, hundirse si radicaliza sus propuestas (como sugiere Aznar) o si llenan las listas de gente con sombras de corrupción. 

Es decir, en las próximas elecciones, y en mi opinión, el PP perderá alrededor de 2,5-3,5 millones de votos (un 20-28% menos de los que tuvo en el 2011), lo que, por el sistema D'Hont, le puede llevar a perder alrededor de 35-45 escaños y la mayoría absoluta. 2,5-3,5 millones de votos que irán, seguramente, a la abstención y, en las provincias más pobladas, a Ciudadanos. 

El PSOE no aprovechará la caída del PP. Será, en mi opinión, segunda y recuperará votos respecto del 2011 (7-7,5 millones de votos), pero no los que perdió entonces, ni los que pierda el PP. Su campaña electoral será, posiblemente, estilo ZP, es decir, ligera e insustancial. El PSOE perdió el discurso territorial hace mucho tiempo (lo que le hace no tener apoyos en Madrid, ni en las Castillas, ni en Murcia), no tiene un discurso social potente y sigue sin proyecto de país y de economía. También tiene el estigma de la corrupción de los EREs y no tiene un liderazgo fuerte, pues Pedro Sánchez no controla su partido. 

Ciudadanos será, en mi opinión, la estrella de las generales. Sobre la base del millón de votos de UPyD, se puede llevar otro millón del PP en Andalucía, Madrid y Valencia y otro medio millón o más en Cataluña. Siendo tercera fuerza en Andalucía, en Cataluña, segunda o tercera en Madrid y primera o segunda en Valencia, Ciudadanos podría alcanzar 2,5-3,5 millones de votos que, por el sistema electoral, no se traduciría en muchos escaños, pero que la convertirá en el partido bisagra de la próxima legislatura. Su campaña está siendo inteligente, a pesar de la debilidad de su escasa estructura organizativa y el desconocimiento de sus candidatos. Su ventaja: un discurso centrado, un líder con ideas claras y un partido casi sin pasado. 

Podemos será, salvo que logre un acuerdo con IU, un proyecto fallido. Ya nadie se cree eso de la "transversalidad" (Podemos es un partido a la izquierda del PSOE), como nadie se cree su "nueva forma de hacer política", como se han equivocado en su discurso de "cambio radical" del sistema y de la política, etcétera pues esto ya solo cala en los que estaban previamente convencidos. Incluso han perdido su hilo argumental en los temas territoriales y no le ayuda a centrar su mensaje las ocurrencias simbólicas de sus alcaldes. En mi opinión, la pelea de Iglesias y Garzón no solo le restará votos a ambos, sino que les penalizará en el número de escaños. 

Por lo demás, asistiremos a la descomposición de CiU porque una parte importante de su millón de votos irá a Esquerra Republicana y otra a Ciudadanos. 

Esto es lo que ahora vislumbro en la niebla electoral de estos días. Veremos si esto es lo que se conforma en la realidad. 

12 de octubre de 2015 

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