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lunes, 19 de mayo de 2008

Incógnitas económicas

Con el tiempo vamos conociendo mejores datos macroeconómicos de lo que está pasando en nuestra economía. Al margen de lo que mañana publique el INE, con los datos adelantados y los de Eurostat podemos hacernos idea más clara del "ajuste", llamémosle así de momento, que está viviendo la economía española. 

Según las previsiones, nuestra economía está creciendo por debajo del 2% (en términos anuales), con una demanda interna débil y una mejoría muy leve de las cuentas exteriores. Esto está provocando un deterioro de la situación en el mercado de trabajo, más fuerte en el empleo en la construcción e industrias auxiliares. En el frente de los precios, la inflación empieza a moderarse, aunque menos de lo que debiera, porque los precios del petróleo y materias primas siguen al alza en los mercados mundiales y porque las empresas españolas, muchas de ellas en sectores con poca competencia real, perciben la situación como transitoria. El saldo exterior, que tendría que mejorar por la debilidad de la demanda interna, no lo está haciendo por los altos precios de nuestras importaciones y porque las pérdidas de competitividad de los últimos años no permiten un fuerte crecimiento de las exportaciones. Por último, el déficit público, proyectando los saldos de caja, está asomando en las cuentas públicas, empezando por las de las Corporaciones Locales (siempre mal financiadas), siguiendo en las Comunidades Autónomas (siempre poco responsables) y terminando con la Administración Central. En definitiva, la economía española, y mañana quedará certificado, está en la fase bajista del ciclo y se está ajustando. 

Certificado esto, las dos preguntas clave son cuánto más se deteriorará la situación y cuánto durará. La realidad, a fuer de ser honrados, es que no sabemos las respuestas exactas a estas preguntas. Los modelos econométricos usados para hacer previsión económica nos dan unas respuestas en forma de probabilidad. Así, la mayoría de los modelos indican que la tasa de crecimiento estará este año entre el 0,8% y el 2,1%, siendo los valores más probables el rango entre 1,3 y 1,9. También se prevé una moderación de la inflación hasta el entorno del 3,5%, de la misma forma que es previsible una tasa de paro a finales de año en el intervalo del 10,5-12,5%. Se moderará el déficit exterior por cuenta corriente y tendremos un déficit público en el rango de 1-2 puntos sobre PIB a finales de año. La economía española, así, sufrirá un estancamiento, pero no entrará en recesión. Estamos, pues, ante una situación preocupante, pero no dramática. 

Lo que es más difícil de prever es cuánto durará el periodo de estancamiento. Dependiendo de cómo de rápido se ajuste la economía americana y de cómo de rápido se resuelva la crisis en los mercados financieros, de qué decisiones tomen los gobiernos y de la rapidez y el talante con que respondan los agentes económicos, especialmente las empresas, a las nuevas expectativas, la situación puede durar más o menos. De cualquier forma, es probable que las bajas tasas de crecimiento se prolonguen durante el 2009 porque el nivel de endeudamiento de las familias y empresas españolas es excesivo, porque seguimos manteniendo diferenciales de inflación y porque el necesario salto tecnológico para un nuevo modelo de crecimiento llevará tiempo. Podríamos paliar parte de la caída con políticas a corto plazo, pero eso sólo sería cambiar una menor profundidad del ajuste por una mayor duración del mismo, como la experiencia de Francia e Italia nos demuestra. 

Así que, en resumen, la situación económica que vivimos es de estancamiento por agotamiento del modelo de crecimiento. Pero no creo que debamos dramatizar. Los tiempos de crisis (gracias, Ana Freixas por este enfoque) son tiempos de oportunidad. Ahora tenemos la oportunidad de intentar un nuevo modelo de crecimiento más equilibrado y más sostenible. 

19 de mayo de 2008 

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