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lunes, 12 de octubre de 2009

Propaganda presupuestaria

Hace unos días el Gobierno envió al Congreso, para el inicio del trámite parlamentario, la ley de Presupuestos Generales del Estado. Una ley clave en la política económica porque un presupuesto es la expresión económica de las decisiones políticas. Los Presupuestos contienen tanto una valoración de la situación política y económica, como los criterios que con que la aborda. 

Después de analizar con detalle las grandes cifras que ha publicado el ministerio se llega fácilmente a la conclusión de que los Presupuestos presentados por la ministra Salgado son, sencillamente, un ejercicio de propaganda, no de economía. Y ello por tres razones importantes: en primer lugar, porque el cuadro macroeconómico en el que se basan los presupuestos es, sencillamente, increíble; en segundo lugar, porque las opciones de política económica tomadas serán ineficaces para los objetivos que debieran pretenderse; y, finalmente, porque los objetivos que se dice que se persiguen no son los que se plasman en los presupuestos. 

Todo presupuesto parte de un cuadro macroeconómico porque de estas previsiones dependen las cantidades reflejadas en el presupuesto. Así, a partir de lo que se prevé que puede crecer el consumo privado se puede hacer una estimación de la recaudación del IVA; como es necesaria una previsión de la tasa de paro para hacer una estimación del gasto social en desempleo. Fallar en el cuadro macroeconómico supone fallar en la ejecución y tener que hacer permanentes e improvisados ajustes. Las previsiones no son nunca perfectas, pero se pueden aproximar. Las de este año son, sencillamente, inverosímiles: se prevé una inflación cero para todo el año, una tasa de paro que se va a alcanzar ya en el primer trimestre y un número de afiliados a la Seguridad Social difícilmente alcanzables. El resultado final del presupuesto, también otra cifra macroeconómica, es así mismo imposible: nadie se cree que el déficit final de la Administración central vaya a ser del 5,4%, porque la recaudación seguramente será menor y los gastos posiblemente mayores. Máxime si tenemos en cuenta que 10 comunidades ya han superado todos los topes de déficit (entre ellas Cataluña, con elecciones el año próximo) y la situación de los Ayuntamientos es crítica. Las previsiones son, sencillamente, irreales. 

Además de lo anterior, los criterios con los que se ha elaborado el presupuesto no son los más adecuados para salir de la crisis que tenemos. Con un consumo privado en disminución o estancado no es la mejor opción de subida impositiva la de aumentar el IVA, máxime cuando es un impuesto regresivo. Como no es la mejor opción no hacer nada con las contribuciones sociales a cargo de la empresa con una tasa de paro que superará el 20%. O hacer más regresivo el IRPF. Para reducir el déficit público, y no entrar en una deuda pública explosiva, lo más sensato es empezar por recortar gastos, y hay muchos que se pueden eliminar sin más que reordenar las competencias autonómicas y usar criterios de eficiencia en la gestión de los servicios públicos. 

Finalmente, se argumenta que los presupuestos son un instrumento para el cambio del modelo productivo de nuestra economía, cuando las medidas que harían posible este cambio brillan por su ausencia. Empezando porque es falso que se esté haciendo un mayor esfuerzo en I+D+i o en investigación cuando hay un fuerte recorte en estas partidas sobre lo ya recortado este año. 

En suma, los presupuestos presentados son un simple ejercicio de propaganda. Porque ni el esfuerzo fiscal que se prevé es moderado (¡el segundo déficit más alto en democracia!), ni es solidario (con aumento de la regresividad en los impuestos), ni es austero, ni se prima la inversión productiva (por favor, no mientan en las cifras de infraestructuras). Lo siento, pero cada decisión que toma este Gobierno en política económica solo demuestra lo muy superficiales que son sus conocimientos de economía. Y mejor no califico los de nuestros parlamentarios si, Jordi Sevilla dixit, Zapatero es el que más sabe de la materia. Eso sí, su propaganda es impecable. 

12 de octubre de 2009 

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