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lunes, 13 de enero de 2014

Guía para perder unas elecciones

Este año 2014 se inicia el largo ciclo electoral español que culminará en 2015. Un ciclo electoral que empezará en mayo con las elecciones europeas y culminará con el gran año electoral de 2015. Porque es en 2015 en el que los españoles tendremos que renovar prácticamente todos los gobiernos: en mayo de 2015 tendremos elecciones municipales y 13 elecciones autonómicas, algunas tan importantes como Madrid y Valencia. Luego, en noviembre de 2015 (no creo que antes), tendremos las generales. Y no descartemos que a lo largo de 2015 haya un adelanto electoral, plebiscitario, en Cataluña, tras el previsible fiasco de la "consulta", o que Susana Díaz haga coincidir las andaluzas con las generales. Empieza el ciclo electoral y toda decisión de nuestros políticos habrá que analizarla, más que nunca, en términos electorales. 

Sin embargo, parece que los dos principales partidos están empeñados en perder las elecciones, haciendo todo lo posible porque sólo vayan a votarles sus militantes y alejándonos a los simples votantes. Parece que siguen una guía para perder las elecciones. 

El primer precepto de la guía que están siguiendo es el de no tener un candidato para las elecciones. Ninguno de los dos grandes partidos ha escogido aún su cabeza de cartel para las elecciones europeas de dentro de 4 meses. Más aún, el Partido Popular aún no tiene líder en Andalucía, como no lo tiene para la alcaldía de Madrid, como no lo tiene para Murcia, mientras que el PSOE, que no sabe si presentará a Rubalcaba a las generales, está a la espera de un ciclo interno de primarias a pocos meses de cada elección, como si las primarias fueran una especie de campaña de márketing. En el caso de las europeas no tienen prisa en escoger su candidato quizás porque consideran que estas elecciones son menores, pero mucho me temo que, además de su importancia para Europa, leídas en clave interior, son muy importantes: si las gana el PP porque terminaría de hundir al PSOE y a Rubalcaba; y si las gana el PSOE porque aflorarían los nervios en el Partido Popular. Creo que los partidos se equivocan si creen que pueden construir un candidato en seis meses. Algunos ya estamos hartos de operaciones de márketing. 

El segundo precepto que están siguiendo es no tener un discurso coherente y cercano a la realidad. Así, las contradicciones de los populares son asombrosas, como los debates sobre impuestos o energía o sobre el aborto, pero lo alucinante son las huidas de la realidad: para los partidos políticos no existe la corrupción (ni el caso Bárcenas para el PP, ni los ERE para el PSOE, ni MercaSevilla para IU); Gibraltar es el tema clave de nuestra política exterior para el PP, mientras que para la izquierda lo que ocurra con el Valle de los Caídos es crítico y, así, hasta el hartazgo. El paro, la corrupción, los impuestos, la ineficacia pública, etcétera son temas que o no existen o se resuelven con los mismos discursos de siempre. 

El tercer mandamiento para perder las elecciones es no buscar el centro y radicalizarse contentando a sus extremos. Así, para el PSOE lo importante es cargar contra la Iglesia, ser más estatista que Marx o prometer derogar todas las leyes que está aprobando el PP, mientras que para el PP lo más urgente es reformar el Código Penal para convertir el aborto en delito y terminar de cambiar todas las leyes que aprobó Zapatero. 

Este año empieza un ciclo electoral y los partidos políticos no nos están haciendo propuestas ni de candidatos, ni de discurso. Creo que están demasiado ensimismados, unos porque siguen desbordados por la caótica gestión que están haciendo, otros porque están catatónicos dos años después de haber perdido las elecciones. Parece que se empeñan en que no vayan a votarlos ni los de su propia ideología. Y, a tenor de los hechos, lo más probable es que lo consigan. 

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