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martes, 16 de junio de 2015

Aclarando el panorama

Las elecciones municipales y autonómicas han tenido la virtud de empezar a aclarar el panorama político. Casi se puede decir que, de la misma forma que se vislumbra la economía española post-crisis, se empieza a perfilar más claramente la política económica post-crisis. Porque, aunque aún no lo formulemos en público, ni la economía española es ya la misma que era hace seis años (ni volverá a serlo), ni la política española será la misma que era hace cuatro años, ni seguramente volverá a serlo. Pero al contrario de lo que ocurre en economía, que evoluciona cada día y medimos su evolución trimestralmente, la situación política solo se conoce cuando hay elecciones, especialmente cuando hay elecciones generales, que son las que importan. 

Los resultados de las elecciones son los que son. El PP es el partido más votado, aunque haya perdido 2,5 millones de votos, en su ala derecha hacia la abstención, y, en el centro, hacia Ciudadanos. El PSOE ha perdido 700.000 votos, no ha recuperado los que perdió en el centro (ahora en Ciudadanos) y pierde votos en la izquierda a favor de Podemos, aunque sigue siendo el segundo partido más votado. IU está ya casi desaparecida a favor de Podemos y éste ha movilizado, además, una parte importante de la abstención de izquierda. En estas condiciones, y con vistas a las generales, los pactos para gobernar en los ayuntamientos y comunidades autónomas son las primeras decisiones a tomar. Unas decisiones que retratan las posiciones y las estrategias de los partidos. 

En mi opinión, en estas elecciones se ha demostrado que el PP tiene suelo electoral, que es el partido hegemónico de la derecha (sin nadie en la extrema derecha) y que puede tener crecimiento electoral (salvo errores de bulto) por la mejoría de la economía y por los alineamientos de los otros. Su juego está claro: se trata de conservar. 

Ciudadanos, por su parte, está representando magníficamente bien el papel de partido "bisagra" y parece que este es su objetivo estratégico a largo plazo. Por eso, está construyendo una primera base electoral, sobre la idea de erradicar la corrupción, para consolidarla con un discurso centrado, lo que puede conseguir con su alineación con el PP en Madrid y con el PSOE en Andalucía. No creo que Ciudadanos aspire a sustituir al PP como partido hegemónico de la derecha, sino a conformar gobiernos desde el centro, complementando a los hegemónicos de ambos lados. 

Podemos está jugando también con mucha inteligencia, como si fuera la fuerza hegemónica de la izquierda, sin serlo aún, y con el objetivo de "desbancar al PP" está fagocitando a IU por la izquierda, y, si fuera más hábil a la hora de conformar gobiernos, podría llegar a quitar una parte importante de electorado del PSOE en el centro izquierda. 

El juego que no termino de entender es el del PSOE. Obsesionado con el PP, se está comportando más como un partido bisagra de centro izquierda que como una fuerza hegemónica en su propio espacio. En mi opinión, deberían haberse fijado como objetivo solo pactar con Ciudadanos para no perder votos por el centro. Alinearse con Podemos refuerza a éstos (no puede ser más izquierdista que Podemos o IU) y le hace perder el centro a favor de Ciudadanos. Por eso, creo que Susana Díaz ha sido más inteligente que Pedro Sánchez. En los tiempos convulsos que estamos viviendo, gobernar no da necesariamente la ventaja para las elecciones generales, máxime si se tienen presupuestos limitados y socios incómodos y populistas. 

Cerrados los pactos ahora hay que gobernar, pero, de momento parece que el panorama se aclara. Por lo pronto, ya sabemos que el PP quiere seguir siendo el PP, que Ciudadanos aspira a tener el papel que tuvo CiU en los noventa, que Podemos quiere hacer lo que hizo el PSOE a principios de los ochenta, y que el PSOE sigue sin saber qué quiere ser. 

15 de junio de 2015 

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