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lunes, 24 de marzo de 2008

Papanatas financieros

Una regla elemental del periodismo dice que solo lo extraordinario es realmente noticia. Evan Thomas escribía, en la revista Newsweek de la semana pasada, que "los medios de comunicación más influyentes tienen prejuicios, pero no ideológicos. El sesgo de la prensa es hacia el conflicto". Tienen debilidad por la guerra, por el escándalo, por lo exagerado. No estoy seguro que se pueda afirmar de los medios que no tienen ideología, pero lo que sí se puede afirmar es que siguen ese principio básico de publicar lo escandaloso o exagerado. O mejor, de exagerar aun lo no escandaloso. No hace falta irse a la prensa del corazón para encontrar ejemplos. También la prensa seria, incluso la reputada prensa económica, cae en el exceso. "Recesión" es una palabra más fuerte que "crisis", y ésta es más dramática que "desaceleración". Titular que "se van a perder 1.700.000 puestos de trabajo" haciendo una cuenta (¡qué estúpidos debemos ser los economistas que hacemos modelos econométricos que no sabemos hacer ese simple cálculo!) es más llamativo que decir la simple verdad de que no sabemos exactamente lo que va a ocurrir. Y sobre la situación financiera las exageraciones llegan hasta un límite que solo deja al descubierto que la era de la información es, también, la de la ignorancia crédula, la de los papanatas, según la definición del diccionario. 

El 28 de enero pasado, el Wall Street Journal reprodujo un artículo de The Telegraph titulado "El Banco Central Europeo rescata secretamente al sistema bancario español". En él se malinterpretaba la decisión de algunas grandes instituciones españolas de conseguir financiación del BCE con la garantía de sus operaciones hipotecarias. El periodista demostraba en su argumentación que no sabía el porqué de la operación, ni el funcionamiento del sistema financiero, ni las diferencias entre los distintos sistemas bancarios europeos. El 11 de febrero, el Financial Times abundaba en la cuestión señalando cómo instituciones españolas estaban sustituyendo la financiación de los mercados internacionales por la del BCE, también con respaldo en su cartera hipotecaria, lo que, según el periodista, daba a entender las dificultades de los bancos españoles. Otro ignorante firmaba el artículo, pues la clave de estas operaciones no está en la debilidad del Sistema español, sino en los problemas del Sistema internacional que hasta el año pasado nos financiaba. El origen último de estos artículos fueron unos datos del Banco de España que se interpretaron erróneamente por algunos analistas del Deutsche Bank y del Citigroup en sus recomendaciones. Unas recomendaciones normales de compra y venta de acciones cuyo contenido se exageró, pues el problema de nuestras instituciones financieras no está en sus balances (que son saneados) sino que, en un mercado interior saturado por el alto crecimiento del crédito de los últimos años, ahora tienen que ser más cuidadosas en escoger a quién y para qué presta, al tiempo que, por los problemas del Sistema internacional tienen más difícil conseguir dinero fuera. El resultado de esta situación es una caída de los márgenes, por lo que, previsiblemente, los beneficios crecerán menos este año que en los anteriores. 

Esto hubiera sido una anécdota de los mercados, si no fuera porque en nuestra ciudad tenemos algunos que creen todo lo que se publica en inglés. Más aún, han añadido a estas seudo-noticias, los rumores que sobre CajaSur siempre flotan en Córdoba, con lo que han concluido que nuestra caja está "sin liquidez" y cerca de la "intervención del Banco de España". Dos afirmaciones absurdas que algunos personajes, incluso empresarios, se han encargado de difundir. Lo malo de esta historia es que confunde a la gente, aunque sirve para conocer quiénes son los papanatas. Lo bueno es que también se puede constatar que aún quedan prudentes profesionales. 

24 de marzo de 2008 

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