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lunes, 2 de mayo de 2011

4.910.200 razones para una reforma

De la Encuesta de Población Activa que se publicó el viernes pasado se pueden comentar muchas cifras. Sin embargo, hay una que sobrecoge. En esta España nuestra, hay 4.910.200 personas paradas. Léase despacio: en España hay cuatro-millones-novecientos-diez-mil-doscientas personas que quieren trabajar y no encuentran empleo. Y eso que hay bastantes que se han desanimado y han salido de la población activa. Sólo en el último trimestre 256.300 personas se han quedado paradas, 2.847 parados más diarios. 

Pasada la primera impresión de la cifra, lo primero que se puede concluir es que nuestro mercado de trabajo funciona mal, terriblemente mal, porque produce paro. No es posible que una economía que ya ha terminado su ajuste en el sector más empleador de los últimos años (la construcción), y que está en tasas de crecimiento del 0,6-0,8%, siga destruyendo empleo como lo está haciendo España. Ya no es sólo que la economía española necesite crecer por encima del 2,5% para crear empleo neto, es que produciendo lo mismo que el año pasado, que eso es lo que significa estancamiento, las empresas españolas dejan de necesitar 250.000 personas en un trimestre. 

¿Qué está pasando? La respuesta es que la crisis española está entrando ya en una "segunda ronda", un segundo círculo vicioso de deterioro (que otro día comentaré), causada por la cobardía y la tardanza en las reformas, empezando por las del mercado laboral. Por eso las reformas de mercado de trabajo, de sistema financiero, de administraciones públicas, de sistema impositivo, de gasto público son ya perentorias. Cuanto más se tarde en hacerlas, más drásticas tendrán que ser. Hoy hay 4.910.200 razones para una reforma radical de nuestra economía. Cada día que pasa hay unos miles de razones más. 

Para empezar, el mercado de trabajo español tiene una legislación y una fiscalidad absurdas. Porque no puede ser razonable una arquitectura jurídica laboral que genera tanto paro y que sólo incumpliéndola genere puestos de trabajo. Nadie en su sano juicio puede considerar que nuestro derecho laboral (laboral puro, sindical y de representación en las empresas, de negociación colectiva, etc.) es razonable cuando en los últimos treinta años ha producido sistemáticamente más paro que ninguna otra regulación laboral de los países desarrollados. No puede ser buena una legislación laboral que discrimina a los jóvenes o que hace que los empresarios prefieran no contratar. Es cierto que nuestro problema de paro no es sólo un problema legislativo de condiciones laborales o de negociación colectiva, también es un problema de costes laborales (empezando por las cotizaciones sociales y siguiendo por la indexación de salarios) y de expectativas de demanda, pero por la misma lógica que hay que replantear y reformar el sistema financiero, hay que reformar, radical y profundamente, nuestra arquitectura laboral. Porque la crisis de paro es un drama personal de casi 5 millones de personas. 

Esta reforma es responsabilidad de nuestros legisladores y de nuestros agentes sociales. Una responsabilidad que han de asumir, so pena de ser unos irresponsables. Porque no pueden ser gente responsable aquellos que, pudiendo reformar las instituciones del mercado de trabajo, no lo hacen porque están en una permanente trifulca de insultos y declaraciones preelectorales, o aquellos otros que llevan meses "negociando" pequeñas reformas parciales, mientras tenemos casi 5 millones de parados. En cualquier democracia decente el Gobierno hubiera dimitido asumiendo su fracaso o la oposición hubiera presentado una moción de censura avanzando propuestas. La economía española necesita, además de otras, una profunda y urgente reforma laboral. Una reforma laboral que modifique la forma de la negociación colectiva y la representación de los trabajadores en la empresa, dé flexibilidad a los contratos, acompase el crecimiento salarial y reduzca los componentes no salariales del coste laboral, elimine la dualidad, etc. Todo ello sin menoscabo de los derechos legítimos de los trabajadores y de los empresarios. Se puede hacer. Hoy hay al menos 4.910.200 razones con nombres y apellidos para que sea ya. 

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